La Escuela Parroquial

En estrecha relación con las familias está la comunidad parroquial: ambas se unen en el plano de la educación de la fe. Por ser la realización local más inmediata del Misterio de la Iglesia, la parroquia ofrece una aportación original y particularmente preciosa a la formación de los niños y jóvenes, los debe acoger entrañablemente, integrar comunitariamente, favorecer la formación de su identidad humana y cristiana, estimular su vocación propia, fomentar la participación activa frente a la problemática de la realidad circundante mediante un compromiso de solidaridad y servicio a la comunidad, para lograr la "civilización del amor".

La parroquia es una comunión orgánica y misionera de comunidades y movimientos que vive en Cristo y lo transmite, evangeliza, celebra la liturgia, anima la caridad fraterna y la promoción humana, adelanta la inculturación de la fe.     Por su identidad propia, la escuela parroquial se integra a la misma como una comunidad que participa del ser y la misión de la parroquia.