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SALUDO EN EL DIA DEL MAESTRO

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Written by Admin

EL ARZOBISPO DE ROSARIO MONSEÑOR JOSÉ LUIS MOLLAGHAN HACE LLEGAR UN SALUDO CORDIAL A  LOS MAESTROS Y MAESTRAS EN SU DÍA A TRAVÉS DE LA JUNTA ARQUIDIOCESANA DE EDUCACIÓN CATÓLICA.

11 DE SEPTIEMBRE DE 2011

En el día del maestro, deseo saludar por medio de la Junta Arquidiocesana de Educación Católica  a todos los queridos maestros  y maestras que  ejercen su misión docente en nuestra  Arquidiócesis de Rosario, que se extiende por los colegios de diversos pueblos y ciudades, desde Villa Constitución hasta Bouquet y Las Rosas; y desde Chabas hasta Andino.

Jesús es para ellos el maestro y el modelo por excelencia.

En nuestras comunidades educativas, es imprescindible contar con la dedicación de cada maestro y maestra; que viven con entrega su vocación,  a tal punto que el mismo Jesús es para ellos el maestro y el modelo por excelencia. Asimismo, cada uno de ellos, al mismo tiempo que son educadores, experimentan seguramente que están llamados a continuar en los niños,  la misión del papá y de la mamá, del hogar y de la familia durante las horas en la escuela;  ya que junto a ellos, - a cada maestro y a cada maestra - el niño  pasa una gran parte  de su tiempo durante el día, buscando no sólo conocer más, sino también ser reconocidos y queridos.

El maestro y la maestra con sus cualidades personales y su propia fe  pueden crear  en la comunidad educativa, junto a todos los que la integran, un ambiente animado por el espíritu  de familia, de  verdad y de caridad, ayudando  a los niños y jóvenes al  crecimiento de  la propia persona,  y a colaborar a  vivir una cultura más cristiana y humana; de tal manera que  pueden ofrecer  con su testimonio y enseñanza,  una visión de la vida de cada día, de las personas y de la sociedad,  iluminada por la fe en Jesús.

Una catequesis profunda, nutrida por la Palabra de Dios


Para alcanzar este fin es necesario que cada maestro y maestra cuenten en la escuela con la ayuda de una catequesis profunda, nutrida por la Palabra de Dios, que presente a Jesucristo  en el centro de nuestra existencia.  Esta dimensión cristiana  no implica alejarnos de la realidad, sino por el contrario a conocerla más en profundidad. Por ello no desconocemos las  dificultades que se presentan a diario en la escuela,  en la familia, y en la sociedad, frente a situaciones que contrastan con la enseñanza del Evangelio; al contrario las conocemos personalmente y a través de la JAEC; y como un verdadero desafío, debemos  tratar de encontrar soluciones y una respuesta cristiana.          

La escuela católica  tiene una misión profundamente religiosa, formativa y social, como también la tienen  adecuadamente  nuestras capillas, iglesias y parroquias a través de una presencia  cristiana y a la vez solidaria.  Desconocer la incidencia de la fe en la vida social, como también del amor, que brota de ella, es no tener presente la acción extendida y perseverante, siempre necesaria, que llevan a cabo a lo largo del año y que experimentamos  en las ciudades, en los pueblos y en los barrios (cfr. "Dios es caridad", n.28 y 29).  

Les deseo que vivan este día bendecidos por Dios


Ya sea que la escuela  sea  una institución de la parroquia, o de  una congregación religiosa,  cada comunidad educativa católica con sus propias características que se plasman en su proyecto educativo particular o en su pedagogía propia, tienen una misión imprescindible en la formación de los niños y de los jóvenes. En ellas,  como muchos de ustedes lo hacen, los maestros y maestras  buscan una adhesión de corazón a estas características y a sus convicciones, así como también  se identifican con éstas para que los rasgos propios de la escuela puedan alcanzar su finalidad propia.

Les deseo que vivan este día bendecidos por Dios. Que puedan unise en esta acción de gracias en la Misa que se celebrará en cada escuela con ocasión del día del maestro; escuchando la Palabra de Dios y unidos en la Eucaristía. fuente y alimento de su vivencia cristiana y de la comunidad educativa escolar.

También hago estensivo este saludo en su día  a todos los  maestros y maestras que no pertenecen a nuestras escuelas o que no comparten nuestra misma  fe. Les hago llegar a todos  un saludo afectuoso y sincero.

Queridos maestros, reciban  en su día mis felicitaciones y mi saludo cordial,  la seguridad de mi oración a Nuestra Madre del Rosario por ustedes y  sus familias .