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7 DE NOVIEMBRE Maria Madre y Mediadora de toda la gracia

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Written by Admin



MES DE MARÍA PARA PEDIR POR LA MISIÓN EN LA ARQUIDIÓCESIS Y POR EL AÑO DE LA FE CONVOCADO POR EL SANTO PADRE BENEDICTO XVI


Queridos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos

Al celebrar el próximo 7 de noviembre la fiesta de María Madre y Mediadora de todas la gracia, los invito a ofrecer a la Sma. Virgen nuestra oración por la evangelización y la misión en nuestra Arquidiócesis, particularmente para que la acción misionera llegue a quienes no conocen a Jesucristo y a quienes habiendo sido bautizados, se olvidaron de su cercanía y presencia en nuestra vida y por la cultura actual;  así como a prolongar esta súplica a lo largo del  Mes de María, que, como cada año,  comenzamos en la Arquidiócesis.

Desde ahora, queremos pedir también a la Virgen por la preparación del año de la Fe, que el Papa convocó en toda la Iglesia , y que comenzará el año próximo, desde el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y que terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013. En la fecha del 11 de octubre de 2012, se celebrarán también los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por  el beato Papa Juan Pablo II,  con la intención de transmitir, a través de la catequesis,  a todos los fieles la fuerza y belleza de la fe.

Por eso nuestra suplica será para que  el Año de la fe sea una invitación y toque los corazones, para alcanzar " una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo". Mediante el misterio de su muerte y resurrección, Dios nos reveló el Amor que salva y nos llama a la conversión de vida. Por eso, para el apóstol Pablo, este Amor lleva al hombre a una vida nueva ( cfr. Porta Fidei, nº 6).

Pedimos que en las celebraciones diarias de la Parroquia y de las Capìllas, se pueda ofrecer a lo largo del Mes de María, hasta el 8 de diciembre, por ejemplo antes o después de la Misa vespertina, el rezo del S. Rosario, y una oración a la Santísima Virgen pidiendo por  estas intenciones; con el deseo de que se intensifique la vida apostólica y misionera. Confiemos a la Santísima Virgen, proclamada «bienaventurada porque ha creído» (Lc 1, 45), este  Mes mariano, tiempo de gracia y de conversión.                                                   

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés delante del Señor, de decirle cosas buenas de mí.
(Oración de la Misa de María Mediadora de todas de todas las gracias)