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ES UNA INJUSTICIA QUE EL NIÑO POR NACER SEA QUIEN SOBRELLEVE EL GRAVE DELITO DE UN VIOLADOR

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Written by Admin

25 de marzo - Día del niño por nacer en Rosario

En la primera reunión del Consejo Presbiteral arquidiocesano de este año 2012, el Arzobispo de Rosario Monseñor José Luis Mollaghan invitó a unirse en la celebración del “Día del niño por nacer”, que se celebrará conjuntamente con las Asociaciones Pro Vida, el Secretariado de la Familia y otras Asociaciones de la Arquidiócesis el próximo 25 de marzo en toda la Arquidiócesis.

El Arzobispo invitó especialmente a la Misa que celebrará ese día a las 20 horas en la Iglesia Niño Dios, que cada año tiene como centro la reflexión, la oración y la Misa por esta intención; así como también exhortó a que en todas las parroquias y capillas se celebre el día del Niño por nacer.

Asimismo, en relación a la reciente difusión del fallo del máximo Tribunal de nuestro país, manifestó un profundo dolor porque lamentablemente ha sido visto como un triunfo, aunque no sabe de quién; porque en realidad no lo es para la madre que pierde un hijo; ni tampoco lo es para el hijo, o sea el niño por nacer, con quien se comete la más grave de las injusticias, es decir quitarle la vida. En este caso, el aborto hace dos víctimas, el niño por nacer, pero, también la madre.

Las necesidades sociales y la justicia que puede reclamar el horrendo caso de una violación, no se ve cómo puedan justificar otra injusticia, donde se prescinde de una vida humana, que la misma ciencia reconoce ya iniciada en el seno materno.

No es exclusivamente por argumentos religiosos, aunque éstos nos ayuden a comprender con más claridad que la vida es un don de Dios; sino por la misma naturaleza de un ser humano vivo y por los argumentos que nos ofrece la ciencia, que se corrobora la vida humana naciente en el seno materno. Por ello se ve con profunda preocupación que en los casos planteados baste una declaración jurada en cualquier momento del embarazo, para que un niño por nacer sea drásticamente el condenado.

El violador es el culpable, y no el niño por nacer. Y nos haría mucho bien a toda la sociedad verificar la decisión de sancionar al único agresor de una violación, pero nunca al inocente que va a nacer, que en el aborto sobrelleva las consecuencias del delito, sin culpa alguna. Por otro lado la sociedad debe contar con los medios que le aseguren mediante la educación, la vida de familia y la prevención poder ser resguardada de toda violencia sexual.

Asimismo es la madre la que debe ser ayudada, protegida y contenida; orientándola psicológicamente y espiritualmente para sobrellevar la grave injusticia que sufrió; y a la vez ser alentada para aceptar ser la madre de una vida que lleva en su seno; que podrá criar o dar en adopción. Este camino será siempre más humano y esperanzador que sacrificar la vida del niño por nacer, asegurando su dignidad y sus  derechos.

+ José Luis Mollaghan
Arzobispo de Rosario