Mensaje de nuestro Arzobispo por el mes extraordinario de las misiones

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Queridos hermanos:

Estamos a punto de  comenzar el mes misionero extraordinario convocado por el Papa Francisco bajo el lema “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”. La misión expresa la naturaleza más profunda de la Iglesia, pues ella procede de la misión trinitaria. El Padre para cumplir el designio de salvación envía a su Hijo el único Redentor y luego, envía el Espíritu santo que anima la vida de la Iglesia para que continúe la obra salvífica del Hijo. Por eso ella es enviada para anunciar el Evangelio a todo el mundo.

Este breve mensaje  quiere ser una motivación para renovar el ardor misionero en nuestra Arquidiócesis, crecer en la autoconciencia de concebirnos  como  hijos de Dios por el Bautismo y por lo tanto enviados. Y esto no sólo personalmente sino también comunitariamente.

Es una preciosa ocasión para verificar la intensidad de nuestra vida cristiana que tiene como uno de sus indicadores fundamentales el ímpetu misionero; si nos quema el deseo de comunicar gratuitamente lo que hemos recibido es  porque experimentamos el amor de Dios y  quiere decir que estamos vivos como cristianos.

Que cada uno de nosotros  y cada comunidad se sienta enviada a llevar la Buena Noticia en todo tiempo y lugar;  somos misioneros en todas partes y en todas las horas del día, pues como nos dice el Papa Francisco: “yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado y bautizada es una misión”.

EL Papa nos recuerda la importancia de la misión “ad gentes” también en este tiempo de la iglesia, pues ella: “sigue necesitando hombres y mujeres que, en virtud de su bautismo, respondan generosamente a la llamada  a salir de su propia casa, su propia familia, su propia patria, su propia lengua, su propia Iglesia local. Ellos son enviados a las gentes en el mundo que aún no está transfigurado por los sacramentos de Jesucristo y de su santa Iglesia.” Deseo ardientemente que nuestra Iglesia que peregrina en Rosario vaya adquiriendo cada vez más un mayor espíritu misionero.

Quiero agradecer a todos los que ya han hecho la experiencia de misionar fuera de los límites de la diócesis y a los que lo están haciendo, sacerdotes, religiosos y laicos, dejando sus familias y comodidades para anunciar el evangelio. Lo mismo que al Equipo de Animación Misionera y los distintos grupos misioneros

Les propongo que en este mes misionero extraordinario nos unamos en la oración por las misiones que es lo primero y más necesario en orden a desarrollar el sentido misionero y en orden a suscitar vocaciones misioneras. Para ello los invito a ofrecer la Santa Misa por la Evangelización de los Pueblos ; una Hora Santa  por las misiones y el Rosario Misionero, durante el mes extraordinario de las misiones.

A los niños los convoco a que con sus compañeros recen  por las misiones, y a ofrecer pequeños sacrificios por las mismas. Especialmente convoco a nuestras escuelas católicas a realizar con sus niños este gesto por las misiones.

A los jóvenes les propongo unirse a la misión arquidiocesana juvenil de los días 4 al 6 del próximo mes de octubre.

A los adultos a unirse al gesto misionero arquidiocesano  a realizarse el sábado 5 de octubre en la Parroquia San. Antonio María Gianelli desde las 9hs a las 18hs.

A los ancianos y enfermos a  orar y ofrecer sus dolores y sufrimientos por las misiones en todo el mundo.

A los sacerdotes, especialmente a los Curas Párrocos ,los invito a propiciar en sus Parroquias la Infancia y adolescencia misionera como método eficaz de ir formando una conciencia  misionera en los niños y adolescentes que seguramente  fructificará en vocaciones para la misión.

Nos encomendamos a la protección de nuestra Madre del Rosario y a la intercesión de los patronos de las misiones: San Francisco  Javier y Santa Teresita del Niño Jesús.

Con cordial afecto en Cristo Jesús.

 

Rosario, septiembre de 2019

 

Mons. Eduardo E. Martín

Arzobispo de Rosario